El motor de la economía local eran las minas de carbón, operativas de forma ilegal hasta 1982 a pesar de que la catástrofe que motivó el éxodo poblacional se produjo muchos años antes, concretamente en 1962, año en el que casi todas las empresas abandonaron su actividad.
Un incendio en el basurero municipal, bajo el cual existía una mina abandonada, desató la tragedia. Las llamas se filtraron en el subsuelo y las altas temperaturas hicieron arder el carbón; se consiguió extinguir el fuego en la superfície, pero no se pudo detener la combustión de la hulla que seguía propagándose descontrolada bajo la ciudad.

Se estima que la estría candente tiene una longitud de 13 kilómetros y que posee suficiente materia prima como para seguir ardiendo durante 250 años más.
El incendio subterráneo "se comió" una gran superficie de edificios pero curiosamente, y para los más aficionados a los sucesos escabrosos, los cuatro cementerios existentes se encuentran en excelentes condiciones.
Joder!!! Qué fuerte!! Me tienes enganchadísima con estas historias de ciudades abandonadas. Hale, ya me leí todo el blog! Más, más!!
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